Cromatografía de gases y espectrometría de masas

La cromatografía de gases se basa en una columna donde la fase móvil es un gas portador. Se trata de una técnica en la que la muestra volatilizada se introduce por arrastre con un gas portador al interior de una columna que contiene una fase estacionaria, que retiene selectivamente los componentes de la muestra. Debido a esta retención selectiva, los componentes salen de la columna por separado y las fracciones separadas pasan por un detector, que responde con una señal registrable. En muchos casos, esta técnica está acoplada a una espectrometría de masas (Mass Spectrometry), que vuelve a analizar estas fases que emergen de la columna cromatográfica de acuerdo con su masa.

La GC tiene importantes campos de aplicación, basados en su capacidad para separar mezclas orgánicas complejas, compuestos organometálicos y sistemas bioquímicos. Su aplicación patrimonio histórico es un método analítico que permite determinar los componentes orgánicos de una muestra. Para el análisis cualitativo se suele emplear el tiempo de retención, que es único para cada compuesto trabajando en determinadas condiciones (mismo gas portador, igual rampa de temperatura y flujo), o el volumen de retención. En aplicaciones cuantitativas, integrando las áreas de cada compuesto o midiendo su altura, con los calibrados adecuados, se obtiene la concentración o cantidad presente de cada componente.