El estudio bajo un microscopio óptico es una fuente muy importante de información para la caracterización y estudio de muestras de pintura, piedra, morteros, acabados, metales, madera, cerámica, etc. Un microscopio es un sistema óptico complejo que permite la observación de un objeto a ciertos aumentos, dependiendo de los objetivos que se utilicen en cada caso. Asimismo, un microscopio puede adoptar varias configuraciones que permiten la observación de diferentes tipos de muestra: por transmisión, por reflexión, iluminado en claro o en campo oscuro, etc. Y con complementos específicos observar irregularidades o cambios laterales que no serían percibidos si no bajo ciertas condiciones de observación: contraste de fases, contraste interferencial, microscopía con luz ultravioleta, de fluorescencia, etc.
A modo de ejemplo, el estudio al microscopio óptico de las muestras de pintura, previamente tratadas para facilitar su observación, permite observar la secuencia estratigráfica de la muestra, así como otros rasgos importantes de sus componentes, como la morfología los grandes que la forman, colores, tamaños y relaciones de los diferentes componentes de la pintura, la texturas, las relaciones entre capas pictóricas, el estado de conservación de las mismas…
La caracterización de una piedra o de un metal se puede hacer por microscopía óptica obteniendo una lámina delgada o una sección pulida, respectivamente, y observando estas en microscopía de transmisión o de reflexión. La identificación de un tratamiento superficial se podría llevar a cabo por microscopía de reflexión con contraste interferencial, mientras que para establecer la presencia de un conector orgánico en un mortero o en una pintura, se podría estudiar con microscopía de fluorescencia ultravioleta.
La información que se recoge a través del estudio al microscopio óptico es muy significativa para identificar y caracterizar los materiales, así como para establecer las técnicas empleadas en su preparación o las patologías o niveles de degradación.
Microscopia óptica in situ
La inspección microscópica de la superficie aporta, en muchos casos, una valiosa información sobre la rugosidad, distribución del color, presencia de capas de acabado (barnices, pátinas…), detalles texturales inapreciables a simple vista, etc. La miniaturización de los sistemas de captación de imagen y el desarrollo de LEDs de elevada intensidad de emisión permiten una buena aproximación no destructiva al estado y heterogeneidad de una superficie y de esta manera lograr información que de otra forma requeriría una compleja infraestructura.